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08 de septiembre, 2017

 andres llauquen

Andrés Llauquén es nacido y criado en el sector agrícola Boyeco de Galvarino. Cursó su enseñanza básica en la Escuela Rural de Pangueco y en la Escuela Gabriela Mistral de Galvarino. No fue sino a los 14 años que, junto a su familia, se trasladó a la ciudad donde cursó la totalidad de la enseñanza media en el Liceo Técnico Profesional Juan Pablo II, egresando en 2011.

Allí aprendió que hasta las comunas más pequeñas resultan contagiadas con las malas prácticas de las grandes urbes. “Galvarino es un pueblo pequeño y tranquilo en que la mayoría de las personas se conoce, aunque últimamente han ocurrido algunos hechos poco decorosos y peligrosos”, dice.

Al egresar de la enseñanza media, se enfrentó al desafío de la PSU. Aunque no había recibido preparación especial, su profesora jefa lo instó a rendirlo. Sus resultados le permitieron acceder a la educación superior. “Cuando di la PSU no sabía qué carrera elegir, por lo que mis profesoras me sugirieron estudiar la carrera de Derecho en la UFRO porque tenía condiciones para ello, y creo que no se equivocaron”, cuenta.

En 2012 realizó su práctica técnico profesional en el Gobierno Regional de La Araucanía en la División de Planificación y Desarrollo Regional. Ese mismo año ingresó a cursar la carrera de Derecho en la Universidad de La Frontera.

RECONOCIMIENTOS

Durante su permanencia en la universidad, Andrés Llauquén obtuvo excelentes resultados académicos que le hicieron merecedor de varios reconocimientos tales como el Premio Excelencia Académica los años 2014, 2015 y 2016, además del Premio Espíritu UFRO 2015. En 2017 recibió un reconocimiento por haber obtenido el promedio general más alto de su promoción (2012-2016).

“En todo mi proceso de formación académica, mi familia ha sido fundamental. Sin su apoyo moral y económico no hubiese podido haber estudiado en la universidad. También agradezco a las profesoras María Elena Morales y Heidi Rivas por haberme impulsado a estudiar y enfrentar nuevos desafíos”, indica.

Los primeros cuatro años de vida universitaria, Andrés financió su carrera con recursos del fondo de crédito universitario. Sólo en su último año de carrera accedió al beneficio de la Gratuidad. “Sin duda es una gran ayuda, ya que la mayoría de los estudiantes se ve en la necesidad de solicitar crédito y con ello se produce un notable endeudamiento. La Gratuidad permite poder estudiar sin esta carga adicional. Por lo menos haber obtenido un año de Gratuidad es un alivio para mí”, relata.

Hoy, de 23 años, es egresado de la carrera de Derecho y espera rendir su examen de grado en diciembre próximo. Este mes viaja a Santiago para iniciar su pasantía en la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir).

RECUERDOS

En relación a su adolescencia, Andrés recuerda haber sido un buen alumno en su liceo y llevar una buena relación con sus compañeros y profesores.

Cuenta que no tuvo la ocasión de participar en alguna actividad extraescolar, porque desde los 14 años trabajó todos los veranos como temporero en los Andes o en Colina, donde vive su padre. “Trabajé en cosechas de duraznos, uvas, ciruelas, damascos… Si bien me han ofrecido otros trabajos en la región, prefiero ir a trabajar a la zona central, porque obtengo mayores ingresos indispensables para costear algunos gastos”, agrega.

Hoy, con su joven experiencia, se siente en condiciones de entregar consejos a quienes pronto rendirán la PSU: “Les digo que piensen bien la carrera que van a elegir. No se sientan obligados a optar por una u otra, no se dejen llevar solo por las expectativas económicas, es importante tener vocación al momento de elegir”.

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Excelentes resultados académicos en la universidad, lo hicieron merecedor de varios reconocimientos: Premio Excelencia Académica los años 2014, 2015 y 2016, además del Premio Espíritu UFRO 2015.

Su examen de grado lo rendirá en diciembre próximo. Este mes viaja a Santiago a realizar su pasantía en la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento.

Desde los 14 años trabajó como temporero en la zona central, donde vive su papá, cosechando frutas para obtener mayores ingresos que le son indispensables para costear algunos gastos.

Aunque se benefició con la Gratuidad en su último año de estudios, admite que es de gran utilidad pues evita el endeudamiento de los que se ven en la necesidad de solicitar créditos.

Excelencia en La Frontera es un proyecto editorial de la Dirección de Comunicaciones de la Universidad de La Frontera, que busca visibilizar y resaltar las historias de mérito y esfuerzo de estudiantes de pregrado que han elegido esta casa de estudios superiores para cumplir su sueño de convertirse en profesionales, la mayoría de las veces, el primero en su familia.

Esta iniciativa comunicacional honra el compromiso que como universidad estatal y pública tenemos con la calidad y el derecho a la educación, de allí que nos proponemos resaltar las historias de jóvenes de distintos puntos de La Araucanía, que hoy cursan carreras en nuestra Universidad desde la tranquilidad de contar con el respaldo de la política pública de Gratuidad y apoyo al financiamiento.

En la misma línea, hemos elegido contar estas historias desde diarios comunales. Lo hacemos porque como Universidad regional nos interesa apoyar la comunicación local y favorecer su desarrollo.

Los invitamos a seguir este proyecto y a emocionarse con las historias de jóvenes talentosos y esforzados, que se forman con Excelencia en La Frontera.